Concepción – Chile
Febrero, martes 11 de 2003
Febrero, martes 11 de 2003
..
Descubrirse a si mismo
..
Padre Madre
..
Hay de tantas fuerzas de vuestro mundo hijos, hijos.
¡Debéis aquietar las fuerzas!
¡Vuestras aguas deben estar quietas!
¡Podéis recibirme, mas vuestras aguas deben estar quietas hijos!
¡Aquietaos!
..
Vosotros camináis por un sendero de Luz.
Mucha Luz hijos, hay por este camino, mucha Luz.
Gracias Padre.
Se os ha concedido un tiempo. Debéis compartir este tiempo. Debéis entregaros a vosotros mismos este tiempo. Compartir el tiempo, juntos, que se ha dado para vosotros. Aprendizaje hay en este tiempo para vosotros.
..
Mucha Luz, os deseamos os acompañe, mas vosotros debéis hacer un esfuerzo por reuniros y manteneros quietos y unificados en mí, hijos míos.
Debéis hacer un esfuerzo consciente, constante al reuniros. Vuestro vínculo debe fortalecerse hijos míos.
..
Hay árboles, árboles, los frutos de los árboles.
¿Cómo doy fuerza, cómo dais fuerza, cómo a un árbol, para que dé más frutos?
Lo hacéis fuerte al podarlo, debéis podar las ramas que os estorban y el árbol se hará más fuerte y sus frutos serán más ricos.
Debéis fortaleceros conmigo. Encaminados estáis, mas debéis fortaleceros en mí. Lo estáis haciendo. Debéis daros, mucho más debéis dar. Mucho más hijos míos, podéis hacerlo.
Se os pedirá mucho más, mucho más hijos.
..
Debéis caminar por un sendero de Luz, de mucha Luz. No debéis temer la Luz y si la Luz ilumina a vosotros, ilumina vuestra oscuridad.
Gracias Padre.
Necesario es que iluminéis vuestra oscuridad, oscuridad necesaria también para vosotros hijos.
No hay contradicción en las palabras que escucháis. Oscuridad necesaria también para vuestro crecimiento.
Cada uno tiene su oscuridad, es su compañera. Un aprendizaje hay allí, mas la Luz la iluminará para que podáis descubrir y entender vuestro caminar.
Debéis mirar la Luz y no temer la Luz.
No temer a vosotros mismos, porque descubriréis a vosotros mismos, desnudos, desprovistos de vuestra forma construida en este tiempo.
Desnudos, desnudos, desnudos.
Este tiempo es de descubrimiento de vosotros mismos.
Debéis quedar desnudos ante vuestra presencia maestra, hijos míos. La presencia que espera por vosotros y espera a vosotros y vivifica a vosotros.
..
El corazón de los hijos pide más movimiento. Debéis daros espacios de encuentro, debéis daros la oportunidad de conoceros y de integrar más. Es preciso para vosotros, para vuestros hermanos y para vuestra humanidad hijos.
Quietud hijos, vuestras aguas en paz y calma hijos.
Dejaréis una a una vuestras piedras, que caen por tu espalda hijos. Una a una las dejaréis. Es necesario para vosotros. Debéis hacer un esfuerzo para ello. Tenéis los apoyos precisos para eso.
..
¿Qué pide vuestro corazón CL?
CL:Pide amor.
Lo tenéis. Sabéis que tenéis amor.
¿Lo sentís así?
CL:No siempre lo siento.
¿No siempre verdad?
¿Podéis explicar al Padre por qué no siempre podéis sentirlo?
CL:Siento que amo tanto y a veces ocurren acontecimientos que me hacen pensar, que los que me rodean no me aman. Como esta situación que estoy viviendo con mi hija, donde ella se está alejando de mí. Entiendo que mi hija, va a vivir una nueva etapa en su vida, pero no era así como lo deseaba. Se está alejando de mí y se está llevando a las niñas. Lo acepto Padre.
¿Lo aceptas?
CL:Sí
¿Lo aceptas?
CL:Acepto que ella tiene que tomar su camino.
¿Puedes entenderlo?
CL:Puedo entenderlo, pero lo que no logro entender es su comportamiento, su frialdad, su indiferencia.
Ella se protege hija. Es la estructura que ella ha creado para protegerse del mundo. Ella tiene miedo y ha creado una estructura, una gran muralla, es su elección.
Vosotras habéis dado mucho amor, recibís algo y lo seguiréis dando.
Ese amor hija, golpea esa muralla, la golpea, la golpea y la golpea hija. Y se agrieta esa muralla, pero es su opción hija.
Debéis respetar su camino, como vosotras habéis hecho. Recordad hija, recordad vuestras decisiones, los caminos que habéis tomado, lo que habéis dejado.
..
Hija, mira tu caminar y descubriréis el por qué tu hija se comporta de esta manera.
Ella no hace nada que no esté en orden, ella toma su camino y debe hacerlo y es su obligación hacerlo. Aun cuando se equivoque, según vuestro entendimiento, pero es su vida, su aprendizaje, sus reacciones.
Vosotros habéis venido a esta tierra a aprender. Ya lo habéis conversado, ya lo tenéis internalizado. Debéis hacerlo vida hija, carne. Las vivencias, las experiencias debéis hacerlas carne hijas, sentirlas.
Vuestra hija va acompañada eternamente por mí. Están protegidas sus experiencias individuales, las que ella debe tener, no las que vosotras quisierais que tuviera, las que ella debe tener.
Cada uno de vosotros tiene experiencias que experimentar y estáis protegidos para vosotros las cumpláis. Debéis vivirlas a pesar de vosotros.
¿Comprendéis hija?
CL:Sí Padre.
..
Mucho amor, mucho amor hay en vuestro corazón, mucho amor hija mía, mucho amor, mucha belleza hay en vuestro corazón.
A vosotras os bendigo hija mía.
CL:Gracias Padre.
Dejad que los hijos tomen su camino.
Vuestros hijos son prestados, vuestros hijos son prestados. Así es, no os pertenecen, pertenecen al mundo.
Aprendizaje de desapego tan pleno tenéis, tan pleno tenéis.
Vosotras nunca estaréis separada de ellos, nunca, nunca, nunca.
Vuestra forma se fortalece con las experiencias.
Te bendigo mi hija amada.
Mi pequeña debe dejar que salgan sus emociones. Debéis dejar que fluyan tus emociones hija mía, no podéis contenerlas, no debéis contenerlas.
Hija mía, imagina que sois un río, un bello río. Imaginaos, eso es, un río cuando es detenido, cuando es contenido…ahora debéis dejar fluir, deja fluir.
Hay tristeza en vuestro corazón, debéis dejar que salga. No contengáis vuestro bello corazón, no contengáis.
Tenéis apoyos a vuestro lado hija. Tenéis hermanos que os cuidan y protegen. Tenéis mucho amor a vuestro lado hija, debéis tomar los apoyos hija mía, debéis tomar los apoyos.
No vais sola en este caminar, vas muy acompañada, siempre acompañada hija y vosotras sabéis quienes están contigo.
CL:Yo siento que voy acompañada. Yo sé que estoy acompañada.
Yo quiero que mis hijos sean felices, que tomen cada uno su camino.
No era esa la forma que yo quería que se fuera de la casa.
Esa es su forma, su estructura hija.
No debéis proyectar vuestros pensamientos, en vuestros hijos.
Ellos tienen sus pensamientos, sus formas, su visión del mundo, sus tareas, sus apegos.
..
Y al hijo de mi corazón, mi paz, mi paz, mi paz.
JL:Gracias Padre, la necesito.
Para tu corazón.
Mi paz para vosotros hijo mío.
Yo vivo en vosotros, yo soy en vosotros, yo estoy en vosotros, yo voy con vosotros.
Gracias Padre.
Debéis caminar, no podéis quedaros hijo, debéis avanzar. Sois muy importante para este grupo, muy importante.
Mi paz hijo y debéis descansar, debéis descansar aún con vuestra forma de entenderlo
JL:Sí Padre, me he dado cuenta.
Debéis descansar y hacer vuestras tareas, pero descansar también, es preciso para vosotros, no os quiero fatigados.
Mis bellos hijos deben caminar.
Mi paz os acompaña.
Gracias Padre
..
JL:¿Padre?
Decid hijo mío.
JL:Padre ¿Por qué no te puedo escuchar?
Sí me escuchas hijo.
Me escuchas, me escuchas y me expresas.
Me expresas y me escuchas.
Me escuchas y me expresas siempre hijo, siempre.
Estáis en un aprendizaje. Muchos tendréis, muchos nuevos retos tendréis.
Muchas nuevas visiones tendréis. Descubriréis otras formas de escuchar, de ver y sentir. Porque vosotros ya me sentís, ya me expresáis. Vuestra sola presencia hijo, ya es notada por vuestros hermanos.
JL:Que sea tu voluntad Padre, como siempre lo he pedido.
Mi voluntad, es tu voluntad.
Os dejo en paz.
Debéis daros un abrazo.
Un fraterno abrazo.
Un abrazo.
Mi paz, mi amor para mis hijos amados.
Gracias Padre.
Recordad, dejar la piedra en el centro, una piedra.
Os dejo.
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Descubrirse a si mismo
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Padre Madre
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Hay de tantas fuerzas de vuestro mundo hijos, hijos.
¡Debéis aquietar las fuerzas!
¡Vuestras aguas deben estar quietas!
¡Podéis recibirme, mas vuestras aguas deben estar quietas hijos!
¡Aquietaos!
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Vosotros camináis por un sendero de Luz.
Mucha Luz hijos, hay por este camino, mucha Luz.
Gracias Padre.
Se os ha concedido un tiempo. Debéis compartir este tiempo. Debéis entregaros a vosotros mismos este tiempo. Compartir el tiempo, juntos, que se ha dado para vosotros. Aprendizaje hay en este tiempo para vosotros.
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Mucha Luz, os deseamos os acompañe, mas vosotros debéis hacer un esfuerzo por reuniros y manteneros quietos y unificados en mí, hijos míos.
Debéis hacer un esfuerzo consciente, constante al reuniros. Vuestro vínculo debe fortalecerse hijos míos.
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Hay árboles, árboles, los frutos de los árboles.
¿Cómo doy fuerza, cómo dais fuerza, cómo a un árbol, para que dé más frutos?
Lo hacéis fuerte al podarlo, debéis podar las ramas que os estorban y el árbol se hará más fuerte y sus frutos serán más ricos.
Debéis fortaleceros conmigo. Encaminados estáis, mas debéis fortaleceros en mí. Lo estáis haciendo. Debéis daros, mucho más debéis dar. Mucho más hijos míos, podéis hacerlo.
Se os pedirá mucho más, mucho más hijos.
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Debéis caminar por un sendero de Luz, de mucha Luz. No debéis temer la Luz y si la Luz ilumina a vosotros, ilumina vuestra oscuridad.
Gracias Padre.
Necesario es que iluminéis vuestra oscuridad, oscuridad necesaria también para vosotros hijos.
No hay contradicción en las palabras que escucháis. Oscuridad necesaria también para vuestro crecimiento.
Cada uno tiene su oscuridad, es su compañera. Un aprendizaje hay allí, mas la Luz la iluminará para que podáis descubrir y entender vuestro caminar.
Debéis mirar la Luz y no temer la Luz.
No temer a vosotros mismos, porque descubriréis a vosotros mismos, desnudos, desprovistos de vuestra forma construida en este tiempo.
Desnudos, desnudos, desnudos.
Este tiempo es de descubrimiento de vosotros mismos.
Debéis quedar desnudos ante vuestra presencia maestra, hijos míos. La presencia que espera por vosotros y espera a vosotros y vivifica a vosotros.
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El corazón de los hijos pide más movimiento. Debéis daros espacios de encuentro, debéis daros la oportunidad de conoceros y de integrar más. Es preciso para vosotros, para vuestros hermanos y para vuestra humanidad hijos.
Quietud hijos, vuestras aguas en paz y calma hijos.
Dejaréis una a una vuestras piedras, que caen por tu espalda hijos. Una a una las dejaréis. Es necesario para vosotros. Debéis hacer un esfuerzo para ello. Tenéis los apoyos precisos para eso.
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¿Qué pide vuestro corazón CL?
CL:Pide amor.
Lo tenéis. Sabéis que tenéis amor.
¿Lo sentís así?
CL:No siempre lo siento.
¿No siempre verdad?
¿Podéis explicar al Padre por qué no siempre podéis sentirlo?
CL:Siento que amo tanto y a veces ocurren acontecimientos que me hacen pensar, que los que me rodean no me aman. Como esta situación que estoy viviendo con mi hija, donde ella se está alejando de mí. Entiendo que mi hija, va a vivir una nueva etapa en su vida, pero no era así como lo deseaba. Se está alejando de mí y se está llevando a las niñas. Lo acepto Padre.
¿Lo aceptas?
CL:Sí
¿Lo aceptas?
CL:Acepto que ella tiene que tomar su camino.
¿Puedes entenderlo?
CL:Puedo entenderlo, pero lo que no logro entender es su comportamiento, su frialdad, su indiferencia.
Ella se protege hija. Es la estructura que ella ha creado para protegerse del mundo. Ella tiene miedo y ha creado una estructura, una gran muralla, es su elección.
Vosotras habéis dado mucho amor, recibís algo y lo seguiréis dando.
Ese amor hija, golpea esa muralla, la golpea, la golpea y la golpea hija. Y se agrieta esa muralla, pero es su opción hija.
Debéis respetar su camino, como vosotras habéis hecho. Recordad hija, recordad vuestras decisiones, los caminos que habéis tomado, lo que habéis dejado.
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Hija, mira tu caminar y descubriréis el por qué tu hija se comporta de esta manera.
Ella no hace nada que no esté en orden, ella toma su camino y debe hacerlo y es su obligación hacerlo. Aun cuando se equivoque, según vuestro entendimiento, pero es su vida, su aprendizaje, sus reacciones.
Vosotros habéis venido a esta tierra a aprender. Ya lo habéis conversado, ya lo tenéis internalizado. Debéis hacerlo vida hija, carne. Las vivencias, las experiencias debéis hacerlas carne hijas, sentirlas.
Vuestra hija va acompañada eternamente por mí. Están protegidas sus experiencias individuales, las que ella debe tener, no las que vosotras quisierais que tuviera, las que ella debe tener.
Cada uno de vosotros tiene experiencias que experimentar y estáis protegidos para vosotros las cumpláis. Debéis vivirlas a pesar de vosotros.
¿Comprendéis hija?
CL:Sí Padre.
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Mucho amor, mucho amor hay en vuestro corazón, mucho amor hija mía, mucho amor, mucha belleza hay en vuestro corazón.
A vosotras os bendigo hija mía.
CL:Gracias Padre.
Dejad que los hijos tomen su camino.
Vuestros hijos son prestados, vuestros hijos son prestados. Así es, no os pertenecen, pertenecen al mundo.
Aprendizaje de desapego tan pleno tenéis, tan pleno tenéis.
Vosotras nunca estaréis separada de ellos, nunca, nunca, nunca.
Vuestra forma se fortalece con las experiencias.
Te bendigo mi hija amada.
Mi pequeña debe dejar que salgan sus emociones. Debéis dejar que fluyan tus emociones hija mía, no podéis contenerlas, no debéis contenerlas.
Hija mía, imagina que sois un río, un bello río. Imaginaos, eso es, un río cuando es detenido, cuando es contenido…ahora debéis dejar fluir, deja fluir.
Hay tristeza en vuestro corazón, debéis dejar que salga. No contengáis vuestro bello corazón, no contengáis.
Tenéis apoyos a vuestro lado hija. Tenéis hermanos que os cuidan y protegen. Tenéis mucho amor a vuestro lado hija, debéis tomar los apoyos hija mía, debéis tomar los apoyos.
No vais sola en este caminar, vas muy acompañada, siempre acompañada hija y vosotras sabéis quienes están contigo.
CL:Yo siento que voy acompañada. Yo sé que estoy acompañada.
Yo quiero que mis hijos sean felices, que tomen cada uno su camino.
No era esa la forma que yo quería que se fuera de la casa.
Esa es su forma, su estructura hija.
No debéis proyectar vuestros pensamientos, en vuestros hijos.
Ellos tienen sus pensamientos, sus formas, su visión del mundo, sus tareas, sus apegos.
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Y al hijo de mi corazón, mi paz, mi paz, mi paz.
JL:Gracias Padre, la necesito.
Para tu corazón.
Mi paz para vosotros hijo mío.
Yo vivo en vosotros, yo soy en vosotros, yo estoy en vosotros, yo voy con vosotros.
Gracias Padre.
Debéis caminar, no podéis quedaros hijo, debéis avanzar. Sois muy importante para este grupo, muy importante.
Mi paz hijo y debéis descansar, debéis descansar aún con vuestra forma de entenderlo
JL:Sí Padre, me he dado cuenta.
Debéis descansar y hacer vuestras tareas, pero descansar también, es preciso para vosotros, no os quiero fatigados.
Mis bellos hijos deben caminar.
Mi paz os acompaña.
Gracias Padre
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JL:¿Padre?
Decid hijo mío.
JL:Padre ¿Por qué no te puedo escuchar?
Sí me escuchas hijo.
Me escuchas, me escuchas y me expresas.
Me expresas y me escuchas.
Me escuchas y me expresas siempre hijo, siempre.
Estáis en un aprendizaje. Muchos tendréis, muchos nuevos retos tendréis.
Muchas nuevas visiones tendréis. Descubriréis otras formas de escuchar, de ver y sentir. Porque vosotros ya me sentís, ya me expresáis. Vuestra sola presencia hijo, ya es notada por vuestros hermanos.
JL:Que sea tu voluntad Padre, como siempre lo he pedido.
Mi voluntad, es tu voluntad.
Os dejo en paz.
Debéis daros un abrazo.
Un fraterno abrazo.
Un abrazo.
Mi paz, mi amor para mis hijos amados.
Gracias Padre.
Recordad, dejar la piedra en el centro, una piedra.
Os dejo.
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